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Foto del escritorFlorencia Rangoni

VIDAS EN PAUSA

Como toda adolescente que empieza el secundario, lo más esperado es poder llegar al último año con todos tus amigos, se vienen los festejos para los egresados, el tan deseado Upd (la fiesta del ultimo primer día) el viaje de egresados que se arman entre amigos y, por último, la fiesta de egresados. Pero todo decae de a poco tras la iniciación de una pandemia mundial.


El 3 de marzo, pocos días antes de mi Upd, se había confirmado el primer caso de Covid-19 (coronavirus) en Argentina, era un hombre que había viajado hace poco a Europa, además ya contaba con una enfermedad de base, y eso hacía que haya sido más fácil contraer el Covid-19.


Como era el primer caso del país y ya se estaba tratando no tomaron medida inmediatas, así que seguimos todos con nuestras vidas tranquilamente. Pasó el Upd y comenzó la primera semana de clases, ya se empezaba a correr el rumor de que había más casos, y que se podrían llegar a tomar las mismas medidas que en Italia y España para prevenir el colapso de hospitales, ya que la enfermedad se contagia muy fácil.


Al terminar la primera semana de clases me dirigí a casa y festeje con mi mama haber empezado mi último año de secundario, estoy feliz y ansiosa por el año que me espera. Pusimos las noticias porque nos dicen que está hablando el presidente: anuncia que se suspenden las clases por el covid-19. De inmediato me llegan mensajes de mis amigos para ir juntándonos en la semana. No tenemos clases pero todavía podemos vernos.


El 20 de marzo el presidente Alberto Fernández declara el aislamiento social preventivo y obligatorio en todo el país para evitar una posible crisis sanitaria y social. Aquel que no cumpla con la cuarentena será multado y llevado con las autoridades, abriéndole así un expediente penal. Solo podrán circular los que tengan permisos, como personal de salud, fuerza de seguridad, bomberos, personas que deban asistir a otras con discapacidad, familiares que necesiten asistencia o a personas mayores. Personas afectadas a la atención de comedores escolares, comunitarios y merenderos y personal afectado a la obra pública entre otros. Ya no me puedo ver con mis amigos.


Me molesta la idea de tener que quedarme en mi casa por dos semanas sin haber podido despedirme de mis amigos como me hubiera gustado, además que me parece muy aburrido el pensar que voy a hacer en estas dos semanas estando encerrada.




Fueron pasando los días y en los colegios se empezaron a abrir blogs y páginas con trabajos de cada materia para los alumnos, así no nos atrasamos con los contenidos y a la vuelta podemos estar todos en la misma sincronía. Subieron muchos trabajos y nos quejamos entre compañeros. A la vez el número de contagiados empezó a crecer de a poco, pero todavía sin ningún muerto a causa del virus.


El 29 de marzo ya hay 882 casos confirmados de coronavirus en el país, la mayoría de capital federal, y empezaron las muertes, son 27 los fallecidos en todo el país, incluyendo al primer hombre infectado que había llegado de Europa.

El presidente volvió a aparecer en las noticias e informo que la cuarentena se debía extender hasta el 13 de abril. En la noche hicimos una video llamada familiar con abuelos, tíos y primos. Nos dimos apoyo, los extraño.


Tercera semana de cuarentena, y son 1.451 los infectados y 43 las víctimas fatales. Mí día a día consiste en dormirme tarde y levantarme al mediodía para estar todo lo que queda del día sentada en frente de la computadora haciendo trabajos del colegio. Empiezo a tener irritaciones en los ojos, mama dice que es por estar mucho tiempo mirando una pantalla. Estoy comiendo más de lo normal y tengo menos energía como para ponerme a hacer ejercicio. A la noche nos juntamos en el comedor a ver las noticias, atentos para saber si hay novedades o cambios.


La convivencia en familia se vuelve algo frustrante, no hay mucha privacidad como la que me gustaría y si me peleo con mama ya no puedo escapar a la casa de mis abuelos. Me preocupo por ellos y su bienestar, pero sé que se están cuidando mucho. Mi abuela me sigue llamando para que le explique cómo usar el WhatsApp.


Con tanto tiempo libre estoy aprendiendo nuevas recetas y cocinando para la familia. El cocinar me relaja bastante. También me empecé a atrasar con los trabajos de matemática, no entiendo las cuentas y las explicaciones de la profesora a través de mail tampoco me ayudan, como me cuesta tanto decidí dejarla para la vuelta a clases que suponía que sería en una semana.


Faltan pocos días para que otra vez se termine la cuarentena, pero el presidente vuelve a aparecer en las noticias para nueva información. La cuarentena se extiende hasta el 26 de abril, los casos aumentan a 2.277 infectados y 98 muertes. Más del 50% de las muertes son hombres, todos mayores a 40 años y la mayoría de infectados son personas que viajaron al exterior, otra parte de contacto estrecho, y muy pocos por vía publica. Se anuncian los casos de niños y adolescentes contagiados de coronavirus, cuando se pensaba que éramos inmunes.


En varios países del mundo, incluyendo Argentina, se empezó a trabajar en una vacuna, pero la mejor suposición es que podría estar lista en entre 12 y 18 meses si todo sale bien. En países de Europa se hicieron fosas comunes para albergar a todos los cadáveres. En algunos hospitales de España se empezó a implementar el hacer una video llamada con los parientes de las personas que están en terapia intensiva para que puedan despedirse ante cualquier circunstancia.


Veo muchas noticias negativas sobre el virus así que me dispuse a buscar cambios positivos del coronavirus, y después de todo veo que cumplir el aislamiento obligatorio en muchas partes del mundo ayuda a mejorar al medio ambiente. Se redujo en un 6% la contaminación ambiental, en Venecia en el agua de los canales se empezaron a ver los peces y volvieron los cisnes. También se estuvieron reportando en otras partes del mundo como animales exóticos empezaban a caminar por las calles de las ciudades y pueblos. Y lo más importante, se cerró el agujero más grande detectado en la capa de ozono sobre el Polo Norte.


Para el 22 de abril, ya son 3.288 los contagiados y 159 las víctimas fatales. Se estima que el pico de contagios y muertes llegara entre mayo y junio, cuando el frío del invierno se acerca. Siguen siendo la mayoría adultos mayores los casos terminales, pero también se reportaron de adultos jóvenes en terapia intensiva. Cuesta creer en las noticias que surgen a través de Internet, porque circula mucha información falsa para provocar pánico en la gente.


Hablo cada vez menos con mis amigos, ya no tengo ganas de usar mis redes sociales, me aburren y agobian. Después de un mes de cuarentena ya me acostumbre a vivir así, estoy libre de los problemas sociales que tenía que afrontar antes. Mamá me dice que saque al perro así salgo un poco y me aireo, pero no quiero salir, quiero quedarme encerrada en casa, tranquila.


El 24 de abril, como lo supuse, se vuelve a alargar la cuarentena hasta el 10 de mayo, pero sé que seguramente la seguirán extendiendo durante un par de meses más. Con amigas apostamos a ver quién acertaba más la fecha en que terminaría, casi todas dijimos que por septiembre u octubre, pero mientras más pasa el tiempo la idea de que se termine parece más lejana.


No sé cuándo voy a poder volver a ver a mis amigos, salir a comer una pizza, ir a bailar a alguna fiesta, poder caminar por los pasillos del colegio y encontrarme con compañeros, cuando voy a poder volver a abrazar a mi abuelo y ver series con mi abuela, cuando va a volver todo a lo que era normal.


El 26 de abril de 2020 hay 3.780 casos y 192 muertes en toda Argentina, pero en el mundo la cifra es de 2.897.203 contagiados y 205.124 muertes.



Como no se sabe cuándo terminará la pandemia se empezó a pensar en medidas de cómo seguir con este estilo de vida por un tiempo prolongado, esto puede incluir mantener algunas de las medidas que se implementaron. Pero los que más sufren de esta pandemia en el país son las clases bajas, las zonas de pobreza y las villas. Un ejemplo es lo que le paso a la villa 31, después de que se confirmaron 3 casos de coronavirus en esta villa el 28 de abril, se hizo público que la localidad llevaba 4 días sin agua después de que una vecina se quejara expresando que “Sin agua no nos podemos higienizar y quienes tenemos comedores no podemos cocinar y hacemos que la gente no coma. No podemos lavar la verdura. Con la pandemia hay que lavarse todo el tiempo las manos y así no se puede”


Todo se incrementó cuando esta misma vecina de 42 años llamada Ramona Medina contrajo el virus una semana después de su queja. Le fue más fácil contraerlo ya que contaba con una enfermedad de base, diabetes. Ramona permaneció una semana internada en estado grave hasta que falleció el domingo 17 de mayo a causa del virus.

A fines de abril, mientras las cifras oficiales confirmaron la llegada de la pandemia a las villas de la ciudad y el número de casos empezó a crecer de forma dramática en casi todos los barrios populares, grandes sectores de la Villa 31 y 31 bis en el barrio porteño de Retiro se quedaron también sin agua.


Ramona Medina había registrado un video el 3 de mayo en su casa que se difundió gracias a la revista La Garganta Poderosa, que fue un testimonio clave de la forma en que el virus golpea a los barrios con menos recursos de la ciudad, donde la curva de casos desde que empieza no se detiene y donde hasta el día 17 de mayo ya hay en total 1.201 infectados. La Villa 31, donde vivía Ramona, fue la más afectada con 851 casos, seguida por la Villa 1-11-14 del Bajo Flores con 287.



El mismo 17 de mayo, bajo el título “Nos mataron a Ramona”, sus vecinos y compañeros de organización pidieron justicia por su muerte. “Esto es un crimen. Y no vamos a parar, ¡hasta que paguen todos los responsables!”, escribieron.


Me impactó saber que este tipo de situaciones las estaban viviendo esas personas, no puedo imaginar por lo que están pasando, el no poder tener el derecho a higienizarse y protegerse contra esta pandemia y este virus.


Otra situación fuerte que paso en el país en plena pandemia fue el hecho de que los prisioneros de las cárceles se empezaron a quejar de tener que estar encerrados en la cárcel en vez de hacer prisión domiciliaria argumentando que es por la ausencia de medicamentos y la falta de higiene en los centros penitenciarios. Hasta hicieron motines en algunas cárceles terminando con la vida de 5 presos.


Hubo un caso en Turquía donde empezaron a liberar a varios delincuentes para que cumplan la prisión domiciliaria por el covid-19 y uno de ellos, hombre de 33 años, al llegar a su casa mato a golpes a su propia hija de 9 años.


Es muy perturbador pensar que mientras una puede estar tranquilamente en la comodidad de su casa perdida en series y películas, el presente de otros es completamente distinto.


El 21 de mayo de 2020 en Argentina hay 10.636 contagiados y 433 las muertes, en el mundo son 5.180.982 los infectados y 336.432 las víctimas fatales. Se dice que la cuarentena se puede llegar a extender hasta mitad de junio y aún más. Los cambios que esta pandemia le trajo al mundo son muchos, con los cuales tendremos que vivir bastante tiempo más, lo que era normal está más ajeno a lo real. Ahora nos toca cumplir con la cuarentena para poder acabar con el virus, aunque implique poner nuestras vidas en pausa.



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