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Foto del escritorFlorencia Rangoni

EL LADO B DE LA CUARENTENA

En medio de la cuarentena obligatoria que estamos transitando como país, están saliendo a la luz varias problemáticas sociales de las que mucha gente no está hablando, y hasta los medios de comunicación convencionales no lo hacen mucho tampoco; entonces planteo la pregunta, ¿Qué está pasando con las personas desaparecidas durante el aislamiento?

El día 30 de abril de este mismo año, Facundo Castro, de 22 años, al querer dirigirse desde la ciudad de Mayor Buratovich hasta Bahía Blanca, fue detenido por la policía bonaerense por romper la cuarentena; hasta el día de hoy siguen las dudas de qué pasó, ¿por qué Facundo sigue sin aparecer desde el día de la fecha?, más de 100 días pasaron y su familia no tiene ni un pequeño rastro de su posible paradero.

Los relatos contradictorios de los policías involucrados, los testigos que presenciaron la última vez que se lo vio a Facundo y la última fotografía conocida que lo muestra a Castro detenido por la policía frente al vehículo policial, llevan a la suposición de que la policía es la responsable de su desaparición. El presidente Alberto Fernández refiriéndose al caso comentó: “Necesitamos saber qué pasó con Facundo. Quiero que lo encontremos y, si alguien fue responsable de un acto ilícito, tiene que cargar con las consecuencias”

Camila Tarocco, mujer de 26 años, madre de dos hijos de 5 y 7 años, fue desparecida el 4 de abril de 2020, la última vez que fue vista fue el mismo día de su desaparición, cuando había salido de su casa para tomar el colectivo hacia una sucursal bancaria en el centro de Moreno; nunca llegó al banco y tampoco volvió a su casa, desde ese momento no se supo más de ella.

Estuvo desaparecida más de diez días hasta que su cuerpo fue hallado dentro de una bolsa enterrada en una ubicación no tan lejos de la casa de su ex novio, Ariel González, quien ya había sido denunciado por una ex pareja por violencia de género.

El día 8 de abril la fiscal a cargo de la investigación, ordenó la detención de González y el mismo fue imputado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”. Los padres del femicida declararon que la misma noche en la que Camila desapareció, su hijo González les confesó que había matado a la víctima; pero claro, para la justicia esto ni el resto de las pruebas fueron suficientes, el juez le otorgó prisión domiciliaria sin una tobillera ni custodia que pueda asegurar su permanencia en el domicilio. De nuevo, se demuestra que a la justicia no le importamos y que para ellos Camila solo fue un número más.


Franco Daniel Martínez, joven de 21 años del barrio Villa Albertina, desaparecido el día 23 de julio de 2020; le dijo a su familia que se iba a lo de un amigo, nunca llegó a su casa y no se supo nada más de él.

Los familiares de Franco reclamaron que la denuncia hecha por su desaparición fue cajoneada por la policía y que no recibieron casi respuestas de las autoridades; pero su familia no se quedó de brazos cruzados, conformaron la comisión “Vecinos por Franco”, donde hacían difusión en redes sociales, carteles y cortes de calles, exigiendo que se agilice la búsqueda; pero la policía no actuó hasta pasada la semana de su desaparición, siendo que tenían en claro, y hasta la familia de Martínez les recordó, que los primeros días son cruciales para su búsqueda.

Hoy, 19 de agosto, no hay nueva información sobre la investigación por Franco, la justicia y la policía se siguen moviendo muy lento y la familia Martínez sigue sin saber su paradero.

No es un número más, es Franco Martínez, joven que desapareció hace casi un mes y nadie dice nada, nadie sabe nada de él, y la justicia sigue sin hacer mucho. Se considera que él es el segundo, después de Facundo, en ser desaparecido forzosamente durante el aislamiento, y en plena democracia.


¿Qué está pasando realmente?


Brenda Micaela Gordillo, joven catamarqueña de 25 años, quien el día 1 de marzo se dirigió al departamento de su pareja y nunca más volvió, la pareja se llama Naim Vera, quien confesó haber asfixiado y calcinado a la víctima.

El femicida confesó que para deshacerse del cuerpo lo quemó en la parrilla y los restos los tiró en un contenedor de su casa, y otras partes del cuerpo calcinado los llevo a la ruta provincial 4. El femicida intentó limpiar la escena del crimen para deshacerse de las pruebas y evidencias, pero vecinos pudieron testificar en su contra, y de ahí se procedió con la investigación.

Los amigos de Vera dijeron que él ya había dado a notar su intención de matarla, que él lo iba a hacer o que iba a contratar a alguien para que lo haga. Finalmente, Vera fue imputado por “homicidio agravado por femicidio”, pero no hay mucha más información de cómo está prosiguiendo el caso de Brenda.




El caso de Facundo, de Camila, de Franco y de Brenda no son casos aislados; tienen una distinta raíz del problema, Facundo y Franco son unos de los tantos desaparecidos de manera forzosa en plena democracia durante el aislamiento, se cree que la fuerza policial tiene mucho que ver en estos casos, y tampoco lo dudaría.


Camila y Brenda, al igual que miles de otras mujeres y disidencias, fueron víctimas de violencia de género, fueron víctimas de este sistema patriarcal que siguen avalando y defendiendo, y de este sistema judicial que tan poco nos cuida.


Todos ellos tienen algo en común, que la justicia los dejó a un lado, que no los cuidaron como merecían y debían, son víctimas de este sistema que tan poco da y tanto exige; Camila, Brenda, Franco y Facundo fueron y son víctimas de la -no- justicia.


Tantos casos sabidos (y tantos otros que no) de corrupción policial y política donde los únicos afectados somos nosotros, es el pueblo, no el presidente, ni la ministra, ni el empresario multimillonario; nosotros somos una pieza más de su enorme ajedrez que usan para llegar a –acorralar al rey- (llegar a sus propios e individualistas deseos), no les importamos aunque creamos (o queramos creer) que sí; estos casos nos dan una notoria visión de que la policía no nos cuida y el Gobierno y toda su jerarquía tampoco, ya que para ellos somos un peón más en su tablero, somos los que ponen todo con la esperanza de llegar a la otra punta del mismo y transformarnos, mientras que, lo más probable es que toda nuestra vida nos usen de puente para irse acercando más y más a SU propia victoria.


En este sistema, nunca vamos a estar realmente bien ni tranquilos porque a costa nuestra, ellos (el topping de la jerarquía social y política) viven como viven, cuentan con tantísimo poder porque a nosotros nos lo sacaron, a costa nuestra les rebalsa el dinero y el poder que el mismo provoca, entonces, si se benefician a costa nuestro, ¿Cómo podemos creer que nos quieren cuidar, que nos representan, que quieren cambiar las cosas para que VIVAMOS y dejemos de SOBREVIVIR?


Porque literalmente la gran mayoría de las personas (vamos a hablar de un ámbito más cercano) de nuestro país sobreviven, porque apenas tienen para comer, porque les rozan las necesidades básicas, porque no tienen trabajo o si lo tienen es uno híper precarizado, porque viven con miedo por lo poco que nos cuidan, porque no pueden vivir como quieren y se merecen, porque no pueden manejar su propia libertad, donde no se pueden dar el “lujo” de vivir, donde para lo que viven es para TRATAR de sobrevivir entonces, ¿Por qué nos seguimos mintiendo a nosotros mismos de que “los poderosos” quieren cambiar todo esto, quieren que tengamos una calidad de vida más digna y fácil, si por esta misma vida que transitamos ellos tienen el poder que tienen?


No les sirve distribuir las riquezas, o hacer un -poder- más horizontal, o ser más equitativos y justos, porque si esto fuera así ellos no estuvieran donde hoy están, no tuvieran la $$$ que poseen, que a su vez esta misma les otorga el poder más grande que es a nivel económico claro, pero siendo consecuente al poder social y político.


Y a lo que iba con todo esto: somos un “simple” peón en su juego de mesa, somos una herramienta más para que puedan llegar a donde desean, pero como somos TANTOS unos menos no les afecta, por esto nunca vamos a salir beneficiosos en ningún sentido con sus decisiones, por esto también pasó (y pasa diariamente) lo que paso con Facundo, Camila, Franco y Brenda.



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