¿Que se supone que haga en la cuarentena? Esta es una de las preguntas que se hacen muchos, el aburrimiento y la falta de creatividad nos consume, pero tiene cosas positivas, como poder reflexionar sobre nuestras acciones y valoraciones.
Comencé a preocuparme el 7 de enero del 2020, día en que se confirmó casos en China (Wuhan) y se nombró el virus COVID-19, “el Coronavirus”. Luego se comenzó a escucharse por noticieros y redes sociales que se estaba expandiendo bastante rápido por el mundo, hasta que el día 3 de marzo se confirmó el primer caso en Argentina, ahí ya estaba mi preocupación al máximo.
Mientras había una tensión en la sociedad porque habían rumores de que podríamos estar en cuarentena como en otros países, días después de que se confirmó el primer caso empecé mi último año de secundaria, lo que me emociona mucho, por mi fiesta, mi viaje y muchas cosas más,pero al mismo tiempo me entristecía porque sabía que al terminarlo iba a empezar una nueva etapa. Con mis amigas veníamos planeando muchas cosas para este año, como ferias del plato en el colegio, fiestas, viajes , empezar hacer deporte juntas, entre muchas más cosas.
Me acuerdo que el último día de nuestra primera semana en el colegio, estaban todos hablando sobre la cuarentena y muchos profesores estaban preocupados por la forma en la que tendrían que seguir dándonos trabajos. Días después el presidente, Alberto Fernández, confirmó la cuarentena obligatoria.
Al escuchar la noticia de la cuarentena obligatoria no tuve una reacción tan atrayente, ya que pensé que sería algo que duraría días, pero al ver que cada semana se extendía, habían más casos y el gobierno comenzaba a poner más reglas estrictas con respecto a la pandemia, fue cuando supuse que sería algo muy extenso. Pienso mucho al respecto de la mitad o el año entero que perderíamos, creo que este año nos serviría para pensar en las verdaderas metas que queremos alcanzar, aprender a valorar más lo que nos rodea y también en lo que realmente nos importa, entre muchas cosas más, para mi es un descanso, un respiro de lo que vivimos día a día. Durante estas semanas vengo pensado eso como algo “bueno” de la cuarentena, relajándome escuchando música, mirando atardeceres y reflexionando mucho acerca de todo lo sucedido.
Durante estos últimos días el presidente Alberto Fernández junto al ministerios de la salud, llegaron al acuerdo del uso obligatorio de los barbijos en las calles y para la gente que no cumpla con esa obligación se decidió que serían sancionados con multas de hasta $80.000, pero luego el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad explicaron que habrá una semana en la que se trabajará en la comunicación, es decir que alertarán a las personas que no tengan colocado el tapaboca, pero no lo multarán. El Gobierno insiste que aunque no se estén realizando las multas, el uso de tapaboca para andar caminando, hacer compras, viajar en medios de transporte o vehículos particulares, su uso sí es altamente recomendable, con barbijo o tapaboca se protege a los demás. Porque en caso de que una persona esté contagiada pero sea asintomática, usándolo reduce las posibilidades de infectar a otras personas.
Ya van cuarenta días de la cuarentena y me pregunto ¿Cuántos más serán?, recostada en mi cama recorro con la vista mi habitación descubriendo la importancia de cada cosa que la adorna, despertando en mí recuerdos que estaban dormidos.
Últimamente me siento aburrida y estresada, me entretengo haciendo cosas del colegio y si no cocino cosas dulces o la cena, para distraerme un poco, también me siento triste porque extraño el verme con mi familia, las reuniones y salidas con mis amigas, el caminar hasta la parada del colectivo para ir al colegio y muchas cosas más que eran parte de mi rutina diaria, que antes me cansaban o no tenía ganas de hacer como ir al colegio.
Es increíble cómo en estos días nos damos cuenta que extrañamos cosas que nos eran cotidianas ,no? Creo que esta es una de las preguntas que me hago frecuentemente,ya que al realizar algo constantemente o cada día, no nos damos cuenta de la importancia de estas.
Vivo en un barrio muy tranquilo, en el cual convivo con mi papá, la pareja y su hija, que es una hermana para mi, y mi perro. Durante estos días siento que estamos teniendo lazos más fuertes, como la mayoría de las familias compartimos momentos agradables y momentos no tan agradables, pero últimamente son más risas y momentos divertidos, interactuamos más, realizamos juegos para distraernos, miramos películas y comemos mucho, gracias a mi papá que tiene muy buena mano y fascinación por la comida.
Con mi papá siempre tuve un lazo muy fuerte, compartimos muchas cosas, con él tengo la libertad de expresarme y siempre me va a escuchar o apoyar.
Últimamente lo veo con un poco de preocupación por todo lo sucedido, pero se entretiene pintando el pasillo de mi casa, arreglando cosas que antes no tenía el tiempo con el trabajo y como dije antes cocinando mucho, pero al mismo tiempo se que está feliz por el lazo que estamos construyendo y la buena convivencia que estamos llevando a cabo entre todos.
Al asomarme a la ventana, ver las calles no tan desoladas como al principio y escuchar gente hablando, música, risas a lo lejos, me da un dejo de esperanza.
Los días se hacen largos y me pregunto, al terminar estos tiempos tan aciagos ¿seremos los mismos?
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